Magdalenas de pastel de queso con fresas

Wait... what? Menudo nombre moña para unas magdalenas que se suponía que tenían que ser frikis. Pues sí, pero es que a veces entre frikada y frikada también dan ganas de hacer recetas moñas, porque quién sabe, puede que descubras que la belleza está en el interior. Y desde luego, con estas magdalenas que han llegado a ser calificadas como de "orgasmo gustativo" lo hemos conseguido.

Hay que reconocer que la pinta deja mucho que desear, pero estas magdalenas son éxito asegurado. En pocas palabras, son como una tarta de queso pero al revés, con la galleta por encima y las fresas por debajo. Se aconseja degustarlas con cuchara.

Como siempre, a la receta original (tomada del libro de Hummingbird, como de costumbre) le hemos realizado un pequeño ajuste. En este caso hemos sustituido el extracto de vainilla por esencia de cheesecake de LorAnn, para darle un aroma y sabor aún mayor a tarta de queso. Hemos de decir que el olor de esta esencia es de los que más nos ha enamorado nada más abrir el botecito y olerlo.

Lo que lleva por encima son galletas digestive machacadas hasta hacerlas polvillo, aunque otra opción que llegamos a barajar fue añadir el polvillo de galleta a la cobertura de queso y mezclarlo todo. Lo llegamos a hacer off the record y al probarlo nos arrepentimos de no haberlo hecho así en las magdalenas.

Por otro lado, el jueves nos compramos una boquilla para hacer forma de pétalos, concretamente la número 104. Hicimos unos muffins de pepitas de chocolate y los decoramos por encima con una cobertura básica de vainilla, con el siguiente resultado:

Si, es un filtro de Instagram.

No está mal para ser nuestro primer intento, aunque a Ana se le dio mejor que a mí. Hay varios tutoriales en Internet para usar la boquilla 104. Podéis probar con este de Inés Alonso (la parte que nos interesa comienza a partir del minuto 1:27, aunque podéis verlo desde el principio para ver cómo decorar con la boquilla 1M).